viernes, 22 de febrero de 2013

Actividad: búsqueda de costumbres protocolarias en diferentes países y culturas.


Puesto que resultaría una ardua tarea intentar plasmar aquí el amplio abanico de diferencias culturales, religiosas y sociales existentes en el mundo y que inciden en la labor del profesional de protocolo y relaciones públicas, vamos a realizar una selección por continentes con los aspectos más destacados que pueden influir de forma directa en el desarrollo de las actividades dentro del protocolo social, que es el que nos ocupa.

  • África: el continente africano, donde nos vamos a encontrar con numerosos países de religión islámica, es uno de los que presenta una mayor diversidad de ceremonias y celebraciones relacionadas con el protocolo y que, en muchos casos, nos resultan desconocidas para los occidentales. Además, al tratarse de un continente que históricamente ha sido colonizado por numerosas potencias europeas, en muchos de sus países se han mantenido algunas de las costumbres exportadas por los países occidentales que tuvieron presencia en distintas regiones africanas. Así, por ejemplo, a la hora de los saludos, en muchos países de África las relaciones personales se basan en el contacto físico con la otra persona, siempre y cuando sea del mismo sexo. A la hora de la comida, en muchas regiones los comensales se sientan en el suelo, la comida se presenta en cuencos comunitarios y cada uno se sirve en su propio cuenco. Para ello, se toman los alimentos con la mano, utilizando solamente tres dedos (índice, pulgar y corazón) de la mano derecha. Lo más acertado es probar al menos un poco de todos los alimentos servidos, como muestra de gratitud, y no es de extrañar que primero coman los hombres y después las mujeres. En cuanto a la conversación en la mesa, lo más adecuado es escoger temas generales, evitando conversaciones comprometedoras. No es correcto hablar mal de terceras personas, sobre todo si no están presentes y, por lo general, es muy común establecer una conversación tranquila y prolongada en el tiempo.


  • América: existen ciertos contrastes según en que zona del continente nos encontremos. En América del norte son poco dados a usos protocolarios en determinados ámbitos, mientras que en la mayor parte de América central y del sur encontramos un gran número de recursos protocolarios que mantienen bastante similitud con los españoles y, en general, con los europeos, debido a la larga presencia de colonizadores procedentes del viejo continente en estas regiones. De esta forma, en muchos países sudamericanos, cuando se trata de saludar a alguien, son muy cercanos y un abrazo, una palmada amistosa en la espalda o un beso en la mejilla es considerado como una muestra de afecto. También son muy cercanos en cuanto al espacio personal se refiere, situándose muy cerca de su interlocutor y, en algunos países, también se gesticula mucho al hablar. En cambio, en otras regiones, sobre todo en las antiguas colonias británicas, ocurre lo contrario, es decir, no es adecuado mostrar afecto en público y a la hora de saludar debe hacerse con un apretón de manos, tanto para hombres como para mujeres. En cuanto a las comidas, una curiosidad a tener en cuenta consiste en que en muchos países de América, incluyendo Estados Unidos, muchos restaurantes ya suelen incluir en la cuenta la propina, que puede oscilar entre un 10% y un 20% del total de la factura.


  • Asia: en Asia, donde confluyen una gran diversidad de culturas y religiones, nos vamos a encontrar con una gran riqueza en lo que se refiere a tradiciones y costumbres que inciden sobre cualquier tipo de acto o evento y que, por lo general, son bastante diferentes a las occidentales. En muchos de estos países existe un amplio protocolo y un gran despliegue ceremonial en el momento de los saludos y la puntualidad puede ser un aspecto fundamental en algunos de ellos o, en cambio, puede pasar a un segundo plano en otros. En el momento de los saludos, en muchas regiones hay que evitar el contacto físico con la otra persona. En cuanto a los modales en la mesa, en algunos países, antes de sentarnos, debemos esperar a que nos indiquen el lugar que nos corresponde. La edad de los comensales es un aspecto fundamental y, por ello, el primero en sentarse y en ocupar el lugar más relevante en la mesa suele ser la persona de mayor edad. También nos puede ocurrir que en vez de los cubiertos a los que estamos acostumbrados nos encontremos con palillos para comer, por lo que sería adecuado que hayamos aprendido previamente a utilizarlos. También es famosa la importancia que se da en algunas regiones a un producto como el té, como en Japón, donde hay todo un ceremonial que gira entorno a ello. A la hora de conversar, en muchos sitios suele desarrollarse una conversación pausada y si se produce en algún momento un silencio prolongado, se trata de una forma de respeto, se considera un tiempo para poder reflexionar sobre el tema de conversación.


  • Europa: aunque muchas de las normas relacionadas con el protocolo en Europa ya nos resultarán familiares, no obstante, puede que encontremos algunas que difieran un poco con las que estamos acostumbrados en nuestro país. Podemos empezar diciendo que, en general, en todos los países de Europa, la puntualidad en cualquier tipo de evento social es fundamental. En algunos países del norte, como en Países Bajos, el sentido del humor es bastante sutil, no como ocurre en los países mediterráneos, y tendremos que tenerlo en cuenta a la hora de mantener una conversación. Tampoco nos debe sorprender si el personal de un restaurante no se caracteriza por su cortesía, ya que esta actitud la suelen reservar para el ámbito privado. Existen países europeos, como Rusia o Turquía, cuyas normas sociales son bastantes diferentes a las de los países latinos. Así, por ejemplo, en Rusia, cuando mantengamos una conversación, debemos usar un tono pausado y sin elevar la voz y, cuando saludemos a alguien, debemos evitar el contacto físico. En cuanto al tema de conversación, los rusos suelen ser grandes intelectuales, sobre todo en lo relacionado a su país, y le dan una gran importancia a la familia. En el caso de Turquía, cuando nos dirijamos a alguien debemos usar su nombre de pila y agregar detrás del mismo el tratamiento de "bey", para los hombres, y "hanim", para las mujeres, o bien el cargo o la titulación que posee nuestro interlocutor. Al tratarse de un país de mayoría musulmana, la religión también tiene una gran influencia en algunas normas protocolarias, sobre todo en lo referente al papel de la mujer. Otro aspecto importante a tener en cuenta es el de los horarios, ya que el ritmo de vida del resto de Europa difiere bastante en relación a los países mediterráneos, sobre todo con España.


  • Oceanía: para el caso de Australia, señalar que tiene una gran diversidad cultural debido a que se trata de un país que cuenta con un gran número de inmigrantes procedentes de distintos lugares. El nivel económico de la población es, en general, bastante elevado, lo que se refleja en el carácter amistoso y en el comportamiento relajado de los australianos, valorando mucho la igualdad de las personas. Quizás por esta razón, los saludos se limitan a un apretón de manos, tanto para hombres como para mujeres. Si son dos mujeres las que se tienen que saludar, pueden optar por uno o dos besos en las mejillas, si ya se conocen con anterioridad, o por el apretón de manos. Además, los australianos no tienden a utilizar tratamientos especiales, por cuestiones de cargo o título, valorando más a las personas que a sus méritos. En cuanto a los temas de conversación, hay que tener bastante precaución con aquellos que tienen que ver con parte de su historia, sobre todo con la población aborigen. Estas prácticas en Australia son aplicables a Nueva Zelanda, aunque a ésto tendríamos que añadir también las peculiaridades de su población nativa. En cambio, en otros países de Oceanía, como Malasia, que tiene una importante diversidad cultural y que son mayoritariamente de religión musulmana, nos vamos a encontrar con una gran variedad en cuanto a normas protocolarias se refiere, los mismo que nos ocurrirá en muchos de los numerosos archipiélagos de esta parte del mundo, donde a las costumbres autóctonas tendremos que añadir las que llegaron con la colonización de ciertos países europeos, como Francia.
 

 

jueves, 21 de febrero de 2013

El protocolo a nivel mundial.


Puesto que vivimos en un mundo cada vez más globalizado, las relaciones entre distintos países son cada vez más habituales y, por esta razón, cualquier profesional de protocolo que se precie, debe estar bien informado de las distintas costumbres y normas, en cuanto a protocolo social, empresarial o laboral se refiere, con las que se va a poder encontrar en cualquier situación en la que confluyan personas procedentes de distintos países, culturas o religiones.

Por tanto, debido a la importancia creciente que está teniendo el mundo del protocolo y las relaciones públicas como profesión, a la proliferación de los negocios y las relaciones internacionales y a la existencia de importantes diferencias socioculturales entre los distintos países, cualquier profesional debe cumplir una serie de requisitos básicos, como ser una persona sensible a las referencias culturales de sus interlocutores, tener la capacidad de ver el mundo que nos rodea como lo ven los demás y ser capaz de prever los comportamientos comunicativos y sociales de personas procedentes de otras culturas o religiones.

Así, cuando nos encontremos en este tipo de situaciones, debemos ser capaces de ignorar las diferencias existentes, conocer los principales valores de nuestros interlocutores para disminuir las dificultades comunicativas que nos podamos encontrar y aceptar esos sistemas de valores, aunque sean contrarios a los nuestros, actuando en consecuencia.

No obstante, podemos señalar una serie de requisitos básicos que nos servirán para ofrecer una buena imagen de nosotros mismos sea cual sea la situación a la que nos enfrentemos:

  • Puntualidad.
  • Educación.
  • Consideración por los demás.
  • Vestuario apropiado.
  • Dotes comunicativas: hablar y escribir bien.
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A continuación, el siguiente vídeo nos puede servir como ejemplo a grandes rasgos sobre algunas costumbres que nos podemos encontrar según el continente o país de procedencia de nuestros interlocutores.



miércoles, 20 de febrero de 2013

La colocación de los invitados.


A la hora de situar a los invitados, una vez que ya tenemos las mesas montadas y listas, lo primero que tenemos que tener siempre presente es que los anfitriones, es decir, los organizadores del evento en cuestión, son los que, en función de sus preferencias y su propio criterio, confeccionan la lista de invitados y deciden los lugares que ocuparán cada uno de ellos.

No obstante, al tratarse de un tema bastante complejo, es necesario conocer una serie de normas básicas de protocolo a este respecto que pueden servir como orientación:

  • Las parejas de acompañantes se deben mezclar por separado entre el resto de invitados, para mejorar las relaciones sociales y evitar que la conversación se centre entre dichas parejas.
  • En la mesa procuraremos siempre intercalar hombres y mujeres y, en el caso de que no haya el mismo número de invitados de ambos sexos, se aconseja no juntar a dos mujeres, siendo preferible sentar a dos hombres juntos. Del mismo modo, tampoco es correcto dejar a las mujeres en las esquinas de la mesa.
  • Los anfitriones deben ocupar lugares opuestos en la mesa.
  • Si contamos con la presencia de invitados de otra nacionalidad, se les puede otorgar una mayor preferencia que a los nacionales. De esta forma, si tenemos invitados que también hablan ese idioma debemos procurar sentarlos junto al invitado extranjero, para evitar su aislamiento entre otras personas que no hablan su lengua, a pesar de que esto pueda romper el esquema de ordenamiento de los comensales.
  • En el caso de que también contemos con la presencia de niños, podemos actuar de dos formas: o bien los sentamos juntos en una parte de la mesa reservada para ellos, o bien montamos una mesa aparte para todos los niños.
  • Si el acto que vamos a organizar requiere de la presencia de un gran número de invitados, siempre es recomendable el uso de tarjetas de mesa, para evitar confusiones entre los comensales a la hora de ocupar su asiento.
  • Otro aspecto bastante obvio, aunque nunca está de más mencionarlo, es el hecho de que nadie debe empezar hasta que todos los comensales estén servidos, siendo el anfitrión/a quien marcará el inicio del almuerzo o cena.


Una vez que hemos visto estas normas generales, también debemos tener en cuenta una serie de criterios de prelación entre los invitados al evento, en función de las siguientes variables:
  1. Edad: siempre prevalecerá la persona de mayor edad sobre la más joven.
  2. Sexo: la mujer precede al hombre.
  3. Estado civil: la persona casada prevalece sobre la soltera y, a continuación, se aplicarían los criterios anteriores de edad y sexo.
  4. Título o cargo: en función del titulo o cargo que ocupe una persona se le puede dar prioridad frente a otros invitados.
  5. Parentesco: se aplicaría en los actos familiares, en función de la mayor o menor cercanía familiar, es decir, en función del grado de parentesco. 
 

La mesa y el montaje.


Lo primero que tenemos que tener siempre presente es que en cualquier tipo de evento los modales en la mesa son fundamentales para demostrar que tenemos una buena educación.




En el caso de que se trate de un bufé, las dificultades son menores ya que la comida se presenta en una mesa  con el servicio necesario y cada invitado se sitúa donde prefiere y se sirve lo que desea. Sin embargo, cuando se trata de un almuerzo o cena, los modales que tenemos que tener presentes y cumplir son mucho más numerosos.

En cuanto al montaje de la mesa, se trata de una parte muy importante en cualquier tipo de evento social que incluya un almuerzo o cena y serán muchos los aspectos que tengamos que controlar. De esta forma, los principales elementos que integran una mesa son los siguientes:

  • La mantelería: el mantel debe cubrir la mesa por completo, colgando como máximo un tercio de la distancia que hay desde la mesa hasta el suelo. Los colores más usados y elegantes son el blanco, el marfil y, en general, los tonos suaves, aunque lo importante es que vaya conjuntado con el resto de elementos que componen la mesa. Las servilletas también deben estar a juego con el mantel elegido. Es recomendable utilizar un muletón bajo el mantel para evitar que este último se resbale, proteger la mesa y evitar ruidos.
  •  La vajilla: la mejor opción es escoger un diseño sencillo y clásico de vajilla, ya que es más fácil de combinar y puede servir para cualquier ocasión, siempre que sea de buena calidad. Cualquier vajilla que se precie debe contar al menos con platos hondos, platos llanos y platos de postre, aunque también es de agradecer que contenga sopera, salsera o varios tipos de fuentes. Otro elemento a utilizar será el bajo-plato, que se coloca como decoración y como base de la vajilla.
  • La cubertería: al igual que la vajilla, la mejor elección es un diseño que sea sobrio, sencillo y elegante que pueda servir para cualquier ocasión. La cubertería debe contar por lo menos con cucharas, tenedores, cuchillos, cubiertos para pescado y para postre y algún cucharón o cuchara salsera para servir.
  • La cristalería: en este caso vamos a seguir optando por diseños sencillos y de cristal transparente, evitando el uso de copas de color. Las piezas básicas de una cristalería serán las copas de agua, copas de vino y copas de champán.
  • Decoración de la mesa: la principal regla que debemos cumplir es que con la decoración que elijamos no se deben crear barreras entre los comensales. Los candelabros constituyen la mejor opción para una cena, utilizando siempre que nos sea posible velas de color blanco o marfil y que sean inodoras en el caso de que se vayan a encender. Otra buena elección son los centros de mesa, ya sean de flores o de frutas. Si son centros de flores, preferiblemente naturales, deberían ser flores sin perfume para que, al igual que en el caso de las velas inodoras, no interfieran con el aroma de la comida.

En el siguiente vídeo se muestra cómo se debe montar una mesa correctamente con todos los elementos que acabamos de ver.




Por último, tan sólo mencionar que, en base al espacio del que se disponga y al número de invitados, se puede componer una gran variedad de tipos y formas de mesas como la mesa rectangular, redonda, cuadrada, en forma de U, etc.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La etiqueta en el vestir.


El tipo de vestuario que utilicemos en cada ocasión influirá decisivamente en la primera impresión que los demás tendrán de nosotros mismos, de ahí la importancia que tiene en cualquier acto al que asistamos la correcta elección de nuestra vestimenta. Las normas de etiqueta no sólo son válidas para un evento determinado sino que deberíamos ponerlas en práctica en nuestra vida diaria ya que saber cómo vestirse en cada ocasión es fundamental.

Tenemos que partir de la idea de que cada ocasión requiere su propia indumentaria y que, en el caso del protocolo social, las posibilidades a la hora de elegir una indumentaria u otra son mucho más amplias que en otro tipo de acto protocolario.

En cualquier caso, la etiqueta de cualquier evento al que asistamos la pueden marcar los propios anfitriones y también se van a ver muy influenciadas por el mundo de la moda y las tendencias que existan en ese momento. No obstante, uno de los principios que debemos seguir siempre es que nuestro vestuario tiene que corresponderse con nuestra edad y nuestras propias características y que, ante la duda, siempre es preferible elegir una vestimenta formal que quedarse corto por ser demasiado informal.

Además, también debemos tener en cuenta que debe existir una correlación entre el vestuario masculino y el femenino, de forma que todos los invitados a un determinado evento, sobre todo si acudimos con pareja, presenten un tipo de vestimenta similar.

En el caso de que tengamos que utilizar un vestuario de etiqueta, las equivalencias serían las siguientes:

  • Cuando acudamos a un evento durante el día, el hombre utilizará chaqué y la mujer vestido corto que puede complementarse con el uso de pamela o mantilla en horario de mañana.


  • Cuando se trate de un evento que tiene lugar al final de la tarde y/o noche y sólo se requiera media etiqueta, el hombre utilizará esmoquin y la mujer un vestido de cóctel, aunque este último también puede acompañar al chaqué.


  •  En el caso de un evento de máxima etiqueta, normalmente en horario nocturno, el hombre vestirá frac y la mujer un traje largo o vestido de noche


Por otro lado, cuando nos encontremos ante un evento en el que no sea necesaria la etiqueta en el vestir, el vestuario que utilizaremos será el siguiente:

  • Para el caso del hombre, en un evento formal, usaremos un traje de color oscuro con camisa clara y zapatos negros de cordones. Para la mujer, la mejor elección sería un traje de chaqueta con falda hasta la rodilla o incluso un vestido de cóctel, acompañado por una cartera.
  • Cuando se trate de un acto semiformal el hombre seguirá utilizando traje, pero en esta ocasión puede tomarse la licencia de combinar los colores aunque, eso si, manteniendo las camisas lisas y los zapatos negros u oscuros. Incluso se podría prescindir de la corbata pero manteniendo siempre la chaqueta. En el caso de la mujer, puede volver a elegir el traje de chaqueta aunque podría sustituir la falda por el pantalón y la cartera por un bolso.
  • Por último, en los eventos informales, las posibilidades tanto para el hombre como para la mujer son innumerables, ya que podríamos utilizar cualquier tipo de prenda de las denominadas como "sport".

Definición.


En términos generales, podemos definir el protocolo como el conjunto de normas y disposiciones legales vigentes junto con los usos, costumbres y tradiciones de los pueblos que sirven para dirigir la celebración tanto de actos oficiales como privados.




Sin embargo, en nuestro caso, nos vamos a ocupar de aquellos actos en los que no hay presentes cargos públicos y que no están relacionados con el ámbito laboral, es decir, nos vamos a ocupar de todos aquellos actos que se pueden producir en cualquier momento a lo largo de nuestras vidas, nos referimos al protocolo social. En este tipo de protocolo no existe una reglamentación oficial, sino más bien una serie de normas sociales implícitamente aceptadas por todos y que pueden variar de unos países a otros y dentro de cada cultura o religión, como veremos más adelante.

De esta forma, podemos definir el protocolo social como el conjunto de reglas o conductas que regulan el comportamiento de las personas en determinados actos y situaciones de la vida social.