miércoles, 20 de febrero de 2013

La colocación de los invitados.


A la hora de situar a los invitados, una vez que ya tenemos las mesas montadas y listas, lo primero que tenemos que tener siempre presente es que los anfitriones, es decir, los organizadores del evento en cuestión, son los que, en función de sus preferencias y su propio criterio, confeccionan la lista de invitados y deciden los lugares que ocuparán cada uno de ellos.

No obstante, al tratarse de un tema bastante complejo, es necesario conocer una serie de normas básicas de protocolo a este respecto que pueden servir como orientación:

  • Las parejas de acompañantes se deben mezclar por separado entre el resto de invitados, para mejorar las relaciones sociales y evitar que la conversación se centre entre dichas parejas.
  • En la mesa procuraremos siempre intercalar hombres y mujeres y, en el caso de que no haya el mismo número de invitados de ambos sexos, se aconseja no juntar a dos mujeres, siendo preferible sentar a dos hombres juntos. Del mismo modo, tampoco es correcto dejar a las mujeres en las esquinas de la mesa.
  • Los anfitriones deben ocupar lugares opuestos en la mesa.
  • Si contamos con la presencia de invitados de otra nacionalidad, se les puede otorgar una mayor preferencia que a los nacionales. De esta forma, si tenemos invitados que también hablan ese idioma debemos procurar sentarlos junto al invitado extranjero, para evitar su aislamiento entre otras personas que no hablan su lengua, a pesar de que esto pueda romper el esquema de ordenamiento de los comensales.
  • En el caso de que también contemos con la presencia de niños, podemos actuar de dos formas: o bien los sentamos juntos en una parte de la mesa reservada para ellos, o bien montamos una mesa aparte para todos los niños.
  • Si el acto que vamos a organizar requiere de la presencia de un gran número de invitados, siempre es recomendable el uso de tarjetas de mesa, para evitar confusiones entre los comensales a la hora de ocupar su asiento.
  • Otro aspecto bastante obvio, aunque nunca está de más mencionarlo, es el hecho de que nadie debe empezar hasta que todos los comensales estén servidos, siendo el anfitrión/a quien marcará el inicio del almuerzo o cena.


Una vez que hemos visto estas normas generales, también debemos tener en cuenta una serie de criterios de prelación entre los invitados al evento, en función de las siguientes variables:
  1. Edad: siempre prevalecerá la persona de mayor edad sobre la más joven.
  2. Sexo: la mujer precede al hombre.
  3. Estado civil: la persona casada prevalece sobre la soltera y, a continuación, se aplicarían los criterios anteriores de edad y sexo.
  4. Título o cargo: en función del titulo o cargo que ocupe una persona se le puede dar prioridad frente a otros invitados.
  5. Parentesco: se aplicaría en los actos familiares, en función de la mayor o menor cercanía familiar, es decir, en función del grado de parentesco. 
 

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